Notas de prensa

Lunes 30 de enero de 2012

Palabras para Eugenio

Eugenio Antón falleció el sábado 21 de enero de 2012 a los 90 años de edad. Eugenio y su mujer Flora (padres de cinco hijos) iniciaron su intensa relación con Aspanias a través de su hija Eumelia, Meli, cuando se incorporó al centro de Aspanias en la localidad de Salas de los Infantes, en el año 1981. Fue miembro de la Junta Directiva de la Asociación y concejal del Ayuntamiento de Quintanar de la Sierra. La web de Aspanias ha querido recoger los testimonios de quienes le conocieron y trataron más de cerca.

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                                        ¡Eugenio ha muerto!

Conocí a Eugenio a finales de los años 70.

Con el empujón y la ayuda de Ángel Alonso, un cura joven que llegó a Salas, los padres de niños afectados con alguna minusvalía psíquica nos unimos y solicitamos un local al Ayuntamiento y así teníamos entretenidos a los chicos, con la colaboración familiar y algún voluntario (chicos jóvenes), en un principio los fines de semana.

Mi suegro y yo éramos socios de ASPANIAS desde hacía varios años y Ángel tenía contacto con la Asociación a través de Santi (Velasco) y José Mari (Ibáñez).

Decidimos hacer en el Partido de Salas, un curso de personas afectadas.

Como en otras localidades, a través del Cura de Quintanar nos entrevistamos con los padres y, entre ellos, estaba Eugenio.

Notamos su disponibilidad y a partir de entonces fue el enlace entre los padre de Quintanar y nosotros, en Salas.

Desde ese momento y hasta su muerte, no ha dejado de colaborar en todo momento con la asociación, ha sido miembro de la Junta Directiva y Delegado en la comarca de Salas. Me consta que los primeros años trabajaba en una serrería y hacía mil y un equilibrios para acudir a las reuniones, tanto a Salas como a Burgos, donde sus opiniones eran bien recibidas.

Pero lo que personalmente quiero destacar de Eugenio, además de su generosidad con la Asociación, es que era una Buena Persona y un Gran Amigo, al que espero haberle correspondido.

Descansa en Paz, te lo mereces.

                                                                                                                      Joaquín García González

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                                A la memoria de Eugenio Antón

No es fácil decir unas palabras sobre Eugenio Antón, porque se amontonan los recuerdos vividos durante muchos años con él. Yo diría que Eugenio ha sido un hombre bueno y honrado. Si algo tenía grande es el corazón ¡Cómo ha querido a su familia! y  especialmente a su Meli. Todos nos hemos sentido queridos por él.

Ha sido un buen serrano ¡Cómo lucía su capa los días de las fiestas del pueblo!  Amante de su pueblo, de los pinos.  Toda su vida en el monte y con los amigos y con su familia. Hombre noble, desprendido,  generoso, servicial, dispuesto a ayudar en cualquier momento. Buscador de la justicia y de la paz. Estuvo  muchos años en el Ayuntamiento de Quintanar  y en la Junta Directiva de Aspanias. Siempre con el espíritu de servicio  y disponible para todos. Gracias, Eugenio,  por tu disponibilidad, por haberte conocido y por haber sido amigos.

                                                                                                                          Ángel Alonso de Linaje

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                                      Podría decir muchas cosas

De Eugenio, podría decir muchas cosas, pues fue durante  muchos  años directivo de Aspanias en representación de Salas de los Infantes, en esos años en los que fui presidente de la Organización.

Su idea era no desplazar a los chicos de la zona de Salas y para ello colaboró en la creación del Centro de Salas, poniendo el mayor entusiasmo en el funcionamiento del mismo, al cual se desplazaba todas las semanas un par de veces para ayudar en lo que fuera necesario.

No se concibe el Día de las Familias, ni Revenga, sin Eugenio y su caldereta serrana.

En nombre de la Fundación Aspanias y de su Patronato que tengo el honor de presidir, Eugenio muchas gracias por todo lo que hiciste por nuestra querida Aspanias. GRACIAS.

                                                                  Miguel Patón. Presidente de la Fundación Aspanias Burgos

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                                      El legado de Eugenio

Personas como Eugenio no se hacen con el tiempo, ni son muchas las que nacen, pero Eugenio era de esos especiales. Todo entrega y bondad. Tenía muchas manos para ayudar a los demás y un corazón muy grande. Pasó por el mundo dejando huella. Todos le conocíamos cuando comíamos la caldereta en los días de Familias. El legado que nos deja Eugenio tiene que ser ese espejo en el que todos nos miremos y le imitemos.

                                                                       Antonio Tajadura. Presidente de la Asociación Aspanias

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   Tuve la oportunidad de aprender y crecer al lado de Eugenio...

Persona entrañable, anciano sabio, generoso, con una coherencia personal a prueba de avatares políticos y sociales… Diría tantas cosas. Unas a las que me gustaría dar rienda suelta, las escribiría en lenguaje de corazón, pero no. Lo reservaré para el recuerdo útil y entrañable.

Me apetece también hablar del personaje del que tuve la suerte de aprender cosas muy importantes para la vida, sobre todo para mi vida profesional…Y esto no pretende ser un homenaje  póstumo, es el recuerdo vivo, experimentado de una organización como Aspanias, en la que tengo la suerte de trabajar y cuya cultura, compromiso social, propuesta éticas, pensamiento hacia las personas y muchos mas aspectos que configuran la cultura, los valores y la capacidad de estar próxima a las personas, nuestra casa lo aprendió de vivencias personales y directas de gentes como Eugenio.

Una organización anclada en el medio rural, en la amplia y maravillosa sierra, Eugenio promovió e impulsó durante casi 30 años. Pero cuidado desde el principio, desde el no existir nada, desde los años 70.

Una organización que ha perseguido a las personas con propuestas en las manos para convencer a padres, alcaldes, responsables políticos… Eugenio concejal, padre y agente de cambio en su tierra.

Una organización con permanencia, con vocación de continuidad, creciendo en su aporte de valor. Eugenio, paciente con la inteligencia que aporta los ideales conservados en pro de las personas  como Meli, ha sido el Centro de Interés, junto a Flora. No me resisto a reflejar la tertulia/master en torno a un vaso de vino y a un chorizo fabricado por Flora, la inquietud por la persona con discapacidad que no se ha subido al proyecto o el alcalde lento en sus decisiones o el buen hacer del alcalde y amigo Julio o la inquietud por esto de lo social o los dineros de la organización o …

Algunos tenemos la inmensa satisfacción de haber aprendido y crecido junto al Maestro, y ahora tenemos el reto de cultivar y dar continuidad a su Escuela. Gracias, Eugenio

                                                                                José María Ibáñez. Director gerente de Aspanias

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                            En todos los procesos fue fundamental

En mi recuerdo, tengo que remontarme 1980 (o quizás antes), cuando conocí a Eugenio. Estábamos realizando un estudio sobre la población con discapacidad y allí apareció él. Nos abrió las puestas sin recelos ni sospechas. Años más tarde terminé de entender cómo era Eugenio. Su visión de futuro, su confianza, su apoyo y sobre todo la manera tan sutil que tenía de presentarnos a personas que no ayudaban a seguir con nuestro empeño.

Esa rivalidad que dicen que existe entre Quintanar y Salas es mentaría, y Eugenio y todas las personas que yo he conocido en Quintanar, con las que me veía todos los días cuando recogía al punto de la mañana a los chavales y con las que charlaba a las 19 de la tarde,  así me lo demostraron durante muchos años.

Eran tiempos tan difíciles como ahora, pero entre todos nos empeñamos y salió adelante. Primero actividades de ocio. Luego, centro de día. Posteriormente pisos. Y por fin, un centro comarcal. En todos esos procesos fue pieza fundamental Eugenio, como padre, como vecino, como miembro de la Junta Directiva, como concejal de Quintanar, como voluntario como una gran persona que siempre dio...

                                                     Lucilo Camarero. Director del Centro Especial de Empleo. Aspanias

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                           Una de esas personas que dejan huella

Eugenio ha sido una de esas personas que dejan huella allí donde van. Nos ha enseñado muchos de los valores que marcan una buena filosofía de vida, difícil destacar alguno porque son tantos…

Pensar en Eugenio es sentir un brote de gratitud y cariño. Gratitud por todo su empeño en que el Centro de Aspanias en Salas de los Infantes saliera adelante desde sus inicios. Puso esfuerzo, mucho esfuerzo y disponibilidad. Transmitió motivación, compromiso e ilusión a familias y profesionales compartiendo con todos grandes momentos.

Desde el principio apoyó  la lucha por mejorar el bienestar de las personas con discapacidad intelectual, siempre desde esa nobleza dialogante y dispuesta, con esa entrega desde la sencillez,  la humildad y su aportación callada siempre patente.

Son muchos los recuerdos que cada uno tenemos de su lado humano. Hombre generoso y hospitalario que hacía que te sintieras como en tu casa y que te ofrecía todo lo que tenía. Su  mirada calaba hasta lo más hondo y te reconfortaba en los peores momentos. Hombre noble, hecho de esa pasta en la que las personas son el motor de la vida y hay que luchar por ellas.

Como hombre agradecido, siempre ha seguido apegado al Centro de Salas, incluso cuando su hija Meli ya no estaba atendida en él y allí, se sentía cómodo y querido. Todos los años celebraba su cumpleaños y nos dejaba disfrutar de su presencia y su buen humor, quizás fruto de saber aceptar la vida como venía sin pedir nada a cambio.

Nunca olvidaremos su bondad, cercanía y buen talante, simplemente todos tendremos un huequecito en el corazón para él, sabiendo que en muchas de las cosas que hacemos hay un poso de su buen hacer.

                                                  Dirección y trabajadores Centro de Aspanias en Salas de los Infantes

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                                        Al servicio de los demás

Tengo de Eugenio una imagen de alguien muy cercano que hasta el último momento ha hecho todo lo posible para dar lo que sabía y ponerlo al servicio de los demás.

Le hemos  podido disfrutar,  también, en su faceta de cocinero preparando con su equipo la suculenta caldereta que durante tantos años nos ha hecho en el encuentro de familias.

Antes de irse ha podido ver a su hija Meli viviendo en el Centro de Salas, cerca de la familia, un Centro que gracias a personas que como él, lucharon e impulsaron para hacerlo realidad.

Hoy es un ejemplo para muchos.

Gracias Eugenio por ser así.

                                                                                      Mercedes Sánchez. Vicepresidenta. Aspanias

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                                   ¿Qué destacar de Eugenio?

Hombre bueno, afable, cercano, amigo de sus amigos, dedicado a la causa, comprometido…

Eugenio era una persona que siempre estaba dispuesta a todo lo que se le proponía. Una persona que desde el principio luchó por la asociación, convirtiendo infieles por la sierra burgalesa, acercándose caso a caso y transmitiendo confianza en la asociación, en el centro de Salas, en los profesionales que trabajaban por sus hijos.

Era un referente de Aspanias en la Sierra y la comarca de Pinares, y a su vez era un referente y un luchador incansable en Aspanias, por el ámbito rural.

Fue miembro de la Junta Directiva muchos años y creo que sin él no habría sido posible lo que actualmente tenemos en Salas y nuestro dimensionamiento en el ámbito rural.

Recuerdo que aunque le costara algo lo que le pedías no se negaba nunca y hacía todo lo posible por cumplir contigo (ejemplo de ello fue los dos últimos años el cambiar nuestra caldereta de Quintanar a Salas).

                                                                                     Goyo Camarero. Asociación Aspanias

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                                         Muy participativo

Destacar, algo que a mi me parece muy importante, como que su participación no solo se limitaba a Salas y Pinares sino que acudía a todas las asambleas, grupos de participación a los que se le apuntaba.. Entendemos que eso para una persona joven supone un esfuerzo, pues mayor esfuerzo por su parte ya que lo hizo hasta el día que falleció. Además siempre que venía, venia acompañado de más padres, motivados por él a acudir, participar...

Eugenio era un referente de familia agradecida, participativa, colaboradora, amable. Referente para los profesionales, familias y también para los voluntarios que le veían como una persona incansable en su lucha. Voluntarioso en las actividades, generoso con ellos cuando coincidían en el Día de Familias...

Era un gran hombre, mejor esposo, padre ejemplar, socio activo, amigo de sus amigos, voluntario incansable...

                                                                                           Susana Urrutia. Directora Área de Familias

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                                     Su casa era nuestra casa

Recuerdo mis inicios en Aspanias, allá por el año 83, cuando comencé a acercarme a Salas de los Infantes y teníamos las primeras reuniones con los padres. Me sorprendió mucho la buena asistencia de las familias y ¡como no! la disposición de Eugenio, abierto a cualquier propuesta que se plantease. Siempre buscábamos en él un gesto de complicidad o de aprobación.  No sé  si llegó a ser plenamente consciente de lo importantísimas que eran sus palabras, sus opiniones y sugerencias. Su ayuda fue inestimable en los inicios y en la consolidación de los centros y servicios de Salas, y el acercamiento a la comarca. Me cuesta imaginar cómo hubiera discurrido todo sin él. 

Nos acompañó a pueblos y nos presentó a numerosas familias. Sabía trasmitirlas  la importancia de aunarse, de participar en el proyecto de Aspanias. No escatimó en energía y  entusiasmo. Y así siguió, sin desfallecer, hasta el último momento.

Su casa era nuestra casa porque así nos lo hizo sentir. Tanto tu esposa Flora, como él nos ofrecía todo lo que tenían. Las relaciones con Eugenio y los tuyos fueron más allá de lo estrictamente profesional. ¡Fue  tan fácil  quererle! Jamás le conocí enfadado, decir  algo   negativo  de una persona. Su máxima era sumar, incrementar, añadir. Ante la mínima ayuda que nos pedía siempre nos correspondía con  agradecimientos inmensos.

Sé del cariño y el amor que profesaba a su familia, de sus desvelos por Meli porque como buen padre que era   y con la sabiduría que  le acompañaba  creía que  ella necesitaba un poco más que los demás.

Los que  tuvimos el  privilegio de estar cerca de Eugenio aprendimos muchas lecciones de humildad, de solidaridad, de entrega, y todo sin hacer ruido, con serenidad y mucha discreción.

Y así se fue, sin avisar. No hacía ni una semana que había venido a Burgos para hacer unas  gestiones y me habló de la buena salud que tenía. Un poco la tensión, pero por lo demás bien, me dijo. Y tanto, que nos fuimos andando desde la oficina a hacer nuestros papeles y nos subimos unos cuantos pisos de escaleras,  como si nada.

                                                                                          Mariví Ortega. Trabajadora Social. Aspanias

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                                          Querido Eugenio

Querido Eugenio. / Querido. / Te has ido y nos has dejado solos. / A tu Flora, a tu querida Flora, / y a todos nosotros. / Con un nudo en la garganta. / Te has ido.

He faltado a tu despedida, y me duele. / Como falté a tu último cumpleaños. /  “Ven, te espero” me dijiste. / Y me duele la falta de ese último abrazo.

¡Cuánta ternura en ese cuerpo recio y fuerte!, / que siempre estaba presente. / Discreto y silencioso, / Presente. / ¡Cuánta generosidad en esas manos / toscas y grandes!, / siempre abiertas. / ¡Cuánta armonía a tu alrededor!, / Flora, tus hijos, tu familia / en la que me incluyo, / como tantos de mis compañeros. / Tranquilo, sereno, amable.

Bueno. / Gracias Eugenio. / Gracias por habernos regalado tantos momentos. / Gracias por habernos enseñado a ser mejores. / Gracias por tu sabiduría. / Gracias por tu ternura.

Vete tranquilo,  / cuidaremos de Meli, / como a ti te gustaba. / Y de tu Flora, tu compañera, tu vida. / Tus hijos estarán como siempre, ahí a su lado. / Y nosotros la acompañaremos,  / También a su lado. / Te quiero Eugenio,  / te echo de menos.

                                                                                      Cristina Alonso. Trabajadora Social. Aspanias

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                                 ¡Hasta siempre Eugenio!

Eugenio se nos fue como había vivido y como tor Pascual a cuidar"ones) nos podemos ir e irnos contentos porque cuando llegue el momento sabemos que Eumelia tiene una famiél quería irse: en silencio, sin molestar, sin hacer ruido.

Con él se va una forma de sentir, de ser y de estar. De sentirte a gusto con él y él contigo, de sentir que los conflictos están para resolverlos y no para agrandarlos. De ser especial con los humildes, respetuoso con los poderosos, de ser humano extraordinariamente dotado para ver y apoyar las decisiones justas.

De estar donde él creía que era lo más útil, donde casi nadie se da cuenta, donde se resuelven problemas a los que otros no llegan y eso sí, siempre callado y con temor a que alguien pudiera decir que era él quien los había resuelto.

Sentía, era de y estaba con Aspanias, como eterno agradecimiento a lo que Aspanias había hecho y estaba haciendo por su hija: “Flora y yo (me había dicho en varias ocasiones) nos podemos ir e irnos contentos porque cuando llegue el momento sabemos que Eumelia tiene una familia que la va a cuidar”.

                                                                                                                               Julio Víctor Pascual